Saltar al contenido

Banská Štiavnica (pronunciado «Banska Shtiaunitsa») es sin lugar a duda nuestra ciudad eslovaca favorita. Tiene un encanto muy especial y difícil de explicar; no sabríamos decir qué es lo que tiene, pero nos tiene enamorados. Tampoco debemos estar muy equivocados; la UNESCO decidió listarla como parte del Patrimonio Mundial en 1993. ¡Descúbrela!

vista aerea del centro de banska stiavnicaen que se ve la calle principal que va del centro inferior de la imagen hacia la esquina superior izquierda y la plaza principal que sale del centro dibujando una i griega
Foto aérea del centro de Banská Štiavnica

Se trata de una pequeña ciudad, con alrededor de 10.000 habitantes, de calles adoquinadas (y empinadas) y un casco antiguo de origen medieval. En un lugar así no sorprende encontrar restaurantes y cafés con encanto, como es el caso. Lo que sorprende es la cantidad de eventos, espectáculos, conciertos… que tienen lugar en la pequeña Banská Štiavnica. Nosotros nos hemos encontrado disfrutando de un pequeño concierto durante la cena, asistiendo a una performance de música y vídeo psicodélicos, bailando en un concierto de música Funky de la cantante Anabela Mollová, de fiesta en un local de estilo totalmente comunista… ¡y todo esto por sorpresa, en ocasiones distintas, sin conocer el programa! Imagínate si te informas de antemano 🙂

En Banská Štiavnica, mientras paseas entre edificios originales del siglo XV, encontrarás desde un restaurante de comida típica eslovaca que produce su propia cerveza (indispensable, el pivobar Erb o «cervecería Erb») hasta un café con decoración estrambótica (el Divná Pani o «mujer extraña» en español) donde puedes tomar deliciosos pasteles a la vez que un rico cóctel. Hay un anticuario con libros y mapas, museos sobre minería… un sinfín de posibilidades. 

Para que te ubiques, el centro está alrededor de la calle de Andrej Kmeť (ulica Andreja Kmeťa, que se pronuncia «Andreya Kmeta»). Tampoco deberías perderte la plaza de la Santísima Trinidad (námestie Svätej Trojice, pronunciado «namestie svetey troyitse»).

En referencia a su origen, se puede decir que se remonta 15 millones de años atrás. Entonces un volcán erupcionó en esta zona, dejando tras de sí un cráter o caldera (en eslovaco kotol, de donde proviene la palabra kotlik, que significa caldero) de unos 25 km de diámetro, una de las mayores de Europa Central. La erupción se encargó de llevar cantidades significativas de metales preciosos a la superficie, y de ahí nació el interés del hombre en esta zona. 

Los hallazgos más antiguos fechan de la prehistoria. También los Celtas, grandes metalurgos, habitaron esta zona. Sobre el origen de la ciudad actual en sí, no se sabe mucho a ciencia cierta. Lo que te podemos contar es la leyenda del pastor y las dos lagartijas, que le da una explicación de lo más entretenida. 

De lo que no hay duda es de que nació como ciudad minera, como indica su nombre (banská significa «minera»). Los alrededores están plagados de lagos artificiales (tajchy, pronunciado «taijy»), la base de un sistema de generación energética a partir de la caída de agua de un estanque a otro.

De hecho, las minas se llegaron a cerrar en el siglo XVII por la dificultad que tenía el drenado del agua subterránea que las inundaba. El sistema de drenaje se basaba en la fuerza humana o animal, lo que lo hacía insostenible cuando las minas alcanzaban cierta profundidad. Fue el minero e inventor Jozef Karol Hell quien, con la propuesta del sistema de tajchy, dio continuidad a la explotación minera de la zona. La ciudad se convertiría en una de las más prósperas del imperio húngaro (recordemos que Eslovaquia perteneció al imperio húngaro del siglo X hasta 1920).

Hoy en día estos lagos artificiales embellecen el paisaje y en muchos incluso te puedes dar un chapuzón. 

foto tomada a nivel del suelo de uno de los lagos artificiales en este caso el velka vodarenska en que se ve un empedrado desde el fotografo en primer plano luego el lago y por ultimo un frondoso bosque
Tajch Veľká Vodárenská en Banská Štiavnica

Si además de pasear por la ciudad quieres hacer una excursión, puedes ir a la cima de Sitno. Hay distintas maneras de llegar, desde rutas que puedes hacer casi enteras en coche hasta otras que hay que hacer íntegramente a pie. También puedes recorrer el Calvario (Kalvaria), del siglo XVIII, hasta la preciosa iglesia barroca que lo culmina. En verano está siempre abierto, pero cuidado, el resto del año sólo lo está los fines de semana; mejor infórmate por si acaso. 

vista del calvario de banska stiavnica con la iglesia a lo alto de una colina rodeada de arboles
«Kalvária1 – Banská Štiavnica» de Cafcoo y bajo licencia CC BY-SA 4.0 – El Calvario de Banská Štiavnica

Uno de los eventos más típicos de la ciudad son los días de la salamandra (salamandrové dni). Suele ser un fin de semana de mediados de septiembre, en el que hay multitud de actividades actuaciones de música tradicional, teatro, desfiles… toda una experiencia si tienes la oportunidad de verlo. 

El festival Nezabudnuté remeslá, a principios de agosto, también es muy interesante. 

Por último, toda la información adicional que necesites la puedes encontrar en la página oficial de turismo de Banská Štiavnica.